Estoy convencida de que las palabras no tienen nada de malo, lo malo es el uso que hacemos de ellas y la intención que tenemos al emplearlas. Lo malo de las palabras es cuando las utilizamos para herir al otro. Muchísimas veces son peor que cualquier golpe.
Creo también que algunas se convierten en terribles instrumentos cuando les damos otro significado. Cuando usamos rasgos de otras personas como insultos, como por ejemplo: "gordo", "negro", "mogólico" (entre muchas). En estos casos, quienes se insultan son aquellos que las pronuncian, porque demuestran su ignorancia y una triste incapacidad de entender que ser negro o gordo no es algo ofensivo.
El que dejo, es un video interesante para ver (ténganle paciencia a los primeros minutos).
Nos ayuda a reflexionar.
Es bueno saber que lo que decimos nos define. En gran medida, somos lo que decimos.
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